martes, 2 de marzo de 2010

El videoclub, aquellos buenos viejos tiempos

En el verano de 2009 se estrenó una simpática película que prácticamente pasó inadvertida: Rebobinados (Be kind, rewind), dirigida por el francés Michel Gondry (el mismo de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos). La historia gira alrededor de un antiguo videoclub que todavía alquila películas en VHS. Es un local emblemático de una pequeña ciudad de New Jersey, pero su dueño (Danny Glover) teme que terminen derribándolo para construir un complejo de casas en esa zona. Lo loco ocurre el día en que una especie de radiación magnética invade el videoclub, haciendo estragos en las cintas de los cassettes. Ya no se pueden ver las películas. El empleado del local y su mejor amigo (Mos Def y Jack Black) no quieren defraudar a los pocos clientes que aún quedan, por lo que comenzarán a filmar remakes caseros de clásicos tan dispares como Los cazafantasmas, El rey león y Conduciendo a Miss Daisy. Ellos no adivinan que los vecinos adorarán estas versiones sui generis, a tal punto que el videoclub se convertirá en un lugar de culto, en una causa social.

Es muy interesante lo que propone la obra de Gondry, tanto en su cine como en sus increíbles video-clips: a pesar de que sus historias se nutren de lo fantástico, la puesta en escena evita los efectos especiales para celebrar la artesanía, la imaginación analógica, la gracia genuina e imperfecta que aún conservan los cuerpos y los objetos reales, muy lejos de esa matemática digital que todo lo vuelve etéreo y distante. Los protagonistas de Rebobinados filman sus películas “truchas” con dos mangos, en la calle o en un galpón, con los trastos que tienen a mano, pero ponen tanta alegría en ese rescate que acaban reavivando algo que se creía perdido: el cine como eje del encuentro comunitario.



“Todo Play es una cuestión moral”

Ese aire juguetón y nostálgico que alienta el film de Gondry podrá respirarse en un ciclo que comienza este mes en el museo Malba, denominado Generación VHS. En el texto de presentación de la muestra, los programadores Marcelo Alderete y Pablo Conde explican:


“Hablamos de una época en la que el cinéfilo podía llevar un control de lo editado, en la que existían otros tiempos entre el estreno en cine, en video y en cable, en la que se hacía necesario alquilar cuatro o cinco películas por fin de semana pensando en cada miembro de la familia. El VHS fue un insuperable compañero de cientos de millones de veladas alrededor del mundo. Es indiscutible: el VHS democratizó al cine.

Si tuviésemos que señalar las principales culpables de esta -en apariencia- esquizofrénica selección de films, habría que mencionar primero las cajitas y el “arte de tapa” de cada una de estas películas. Porque esa gráfica generadora de recuerdos es fuertemente identificable en cada caso y funciona como seductor canto de sirena, golosina visual, promesa de diversión, pasaporte a lo inesperado.”

Destaco algunas favoritas dentro del desopilante ciclo: Quiero decirte que te amo, de Rob Reiner; Mannequin, de Michael Gottlieb; La ley de la calle, de Francis Ford Coppola; Annie Hall, de Woody Allen; Critters 2, de Mick Garris, Noche alucinante, de Sam Raimi; Muchacho lobo, de Rod Daniel; El rey de Nueva York, de Abel Ferrara; Beetlejuice, de Tim Burton; Scanners, de David Cronenberg.

Las funciones se realizan de jueves a domingo durante todo marzo, en diversos horarios. Aclaración importante: las proyecciones no son en VHS. Ir al programa del ciclo completo.

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